domingo, 19 de agosto de 2012

CRÓNICA: Gastronomía Popular Facatativeña




Se abre el día sobre la sabana de Bogotá  y el sol da forma a las siluetas negras del parque Arqueológico de Facatativá. 

Allí se llega por una veloz autopista a una hora de Bogotá hasta una  solitaria calle que lleva al parque. Apenas empieza el día, el parque se llena de gentes que desean disfrutar de un día en familia; el sol, el lugar, todo se presta para pasar un gran rato, con el paso del tiempo aparece el deseo natural de comer y con el nuestro recorrido por la variedad de comida que se puede degustar haciendo el trayecto de la plaza principal hasta el parque.  

El despliegue de olores, sabores, colores empieza en la esquina de la casa de la cultura, el coco con  panela que venden en bolsitas de papel,  al frente entre verdes y amarillos encontramos los mangos  ácidos y  dulces según su color, mientras a lo lejos, en la plaza, varios niños  tratan de sacar del empaque plástico hasta la ultima gota de su descongelado bon ice, caminando unas cuadras hacia el parque arqueológico hace presencia el olor grasoso de la comida callejera. ..
 
-¡Mire mamita la pruebita!!
Grita una mujer mientras extiende un trozo de rellena y agita la mano tratando de disipar el humo que no nos deja ver con claridad el manjar criollo que nos ofrece, de esa enorme variedad no podríamos hacer una descripción detallada sin llegar a caer en la tentación del antojo por alguno de ellos… ponga pues atención: 


Chicharrón, hígado, bofe, chunchullo, patacón, rellena, mazorcas, papa criolla y de la otra, plátano, guacamole, chorizo, carne de res. Todo esto servido a los comensales en mesas a la orilla de la calle, bocado aquí, bocado allá y  un sorbo de cerveza fría para bajar la empanadita que hace las veces de postre, una limpiadita de bigote, una chupadita de dedos y uno que otro trozo de comida que se escapa de la boca…  ¡ahhh, y casi lo olvido! La  ancestral chicha de maíz que antes acompañaba las fiestas rituales de los muiscas ahora se compra a 4000 pesos en botellas de coca cola.
Algunos no se dejan impresionar por esos deleites preparados por extraños y prefieren llegar con tremendas ollas que terminan repletas de sancochos de gallina criolla encima de una hoguera de algún fogón dentro del parque, esta seria la manera mas tradicional de alimentarse ya que estamos de acuerdo en que alguna vez  todos lo hemos hecho con nuestra familia.
 
En nuestro breve recorrido observamos de todos los gustos, otros no abandonan la costumbre de la ciudad así estén rodeados del campo y sacan enormes paquetes de papas fritas, chitos y todos los accesorios de moda para seguir ¿conectados….?





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